En palabras de Theodor Benfrey, la tabla y la ley periódica «son el corazón de la química— comparables a la teoría de la evolución biológica (que sucedió al concepto de la Gran Cadena del Ser), y a las lleyes de la termodinámica en la física clásica—».
Las filas de la tabla se denominan períodos y las columnas grupos. Algunos grupos tienen nombres, así por ejemplo el grupo 17 es el de los halógenos y el grupo 18 el de los gases nobles.
Se le denominaba kobold en la Edad Media por los mineros que consideraban este metal sin valor y tenían la creencia de que un buen duende (un kobold) lo ponía en sustitución de la plata que había robado.
Los compuestos de cobalto se han utilizado durante siglos para obtener un color azul intenso de vidrio, los esmaltes y cerámicas. Se ha detectado cobalto en esculturas egipcias y en joyas persas desde el tercer milenio a. C., en las ruinas de Pompeya (destruida en el año 79 d. C.), y en China, en la dinastía Tang (618-907 d. C.) y la dinastía Ming (1368-1644 d. C.).
La palabra «cobre» proviene del latín cuprum (con el mismo significado) y este a su vez de la
expresión aes cyprium que significa literalmente «de Chipre» debido a la gran importancia que
tuvieron las minas de cobre de la isla de Chipre en el mundo grecorromano.
El cobre es uno de los pocos metales que pueden encontrarse en la naturaleza en forma de cobre nativo, es decir, sin
combinar con otros elementos. Por ello fue uno de los primeros en ser utilizado por el ser humano. Los otros metales
nativos son el oro, el platino, la plata
y el hierro proveniente de meteoritos.
Se han encontrado utensilios de cobre nativo en torno al 7000 a. C.
en Çayönü Tepesí (en la actual
Turquía).
El hierro es un elemento químico de número atómico 26 situado en el grupo 8, periodo 4 de la tabla
periódica de los elementos. Su símbolo es Fe (del latín fĕrrum) y tiene una masa atómica de 55,847 u.
Se encuentra en la naturaleza formando parte de numerosos minerales, entre ellos muchos óxidos, y
raramente se encuentra libre. Para obtener hierro en estado elemental, los óxidos se reducen con
carbono y luego es sometido a un proceso de
refinado para eliminar las impurezas presentes.